Asumir compromisos medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) sin una gestión del riesgo empresarial supone un riesgo
Gobiernos y organismos reguladores de todo el mundo han empezado a aplicar códigos y reglamentos a las organizaciones para ayudarlas a alcanzar objetivos relacionados con la sostenibilidad y ESG. La Unión Europea ha introducido la Directiva sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD, por sus siglas en inglés), por la que se amplía de 11.700 a 50.000 el número de organizaciones comenzarán a elaborar informes formales anuales.
En la última década, los temas ESG se han convertido en una prioridad y han provocado incluso batallas legales. Con la introducción de la Directiva sobre responsabilidad social de las empresas en toda la UE, los compromisos y promesas que las empresas han realizado en relación con las cuestiones ESG se pondrán a prueba cuando empiecen a informar sobre ellas.
Las organizaciones deben cuantificar y abordar estas cuestiones con estrategias a corto y largo plazo para garantizar que no queden expuestas. Aunque muchas empresas han integrado activamente su estrategia ESG en su marco de gestión del riesgo empresarial (ERM), las que no lo han hecho podrían enfrentarse a problemas en el futuro.
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