A la espera de los resultados que vaya generando el comportamiento del nuevo modelo, ya se pueden anticipar determinadas reflexiones y conclusiones sobre el impacto que va a suponer el nuevo modelo en la realidad de los autónomos:

  • Obligación de declarar en el IRPF: La consecuencia directa del sistema de regularización anual es que, a partir de 2023, todos los autónomos deberán necesariamente presentar la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.
  • Nivel de contribución: El nuevo sistema plantea cambios en el nivel de cotización de los autónomos dependiendo de los ingresos que se obtengan (cotizan más los que más ganan). En los tramos de la tabla general, se modifican las bases mínimas al alza (año a año), de forma que la cuota crece en la misma proporción. Para los tramos de la tabla reducida, las modificaciones suponen una reducción de las bases mínimas y máximas. 
  • Tasas de cobertura: En la medida en que la decisión de los autónomos sea seguir cotizando en base mínima, las tasas de descobertura seguirán siendo en los primeros años muy relevantes.

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