El Gobierno estipula en el real decreto-ley de la ‘nueva normalidad’ el uso obligatorio de mascarillas cuando no se pueda mantener una distancia interpersonal de al menos dos metros.
Lo hace así para reducir el riesgo de contagio por el SARS-CoV-2, sobre todo de cara a los casos asintomáticos y presintomáticos, aunque, según explica Sanidad, es necesario que la medida vaya acompañada de otras. Por ejemplo, cita el refuerzo de la higiene de manos y respiratoria, la limpieza y desinfección de espacios y superficies, o evitar tocarse la cara, nariz, ojos y boca. Además, amplían los sitios donde deben usarse, como en el ámbito laboral si así lo considera el servicio de riesgos laborales.
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