En 2025, el compromiso global con la prevención de riesgos laborales se proyecta hacia el futuro con el lema propuesto por la Organización Internacional del Trabajo (OIT): “Revolucionar la salud y la seguridad: el papel de la IA y la digitalización en el trabajo”.
Una declaración de intenciones que no solo marca una tendencia, sino que define un punto de inflexión inexcusable, con implicaciones relevantes a contemplar.
Vivimos un momento histórico en el que la inteligencia artificial, la automatización y la digitalización están transformando el modo en que trabajamos, gestionamos equipos, prevenimos riesgos y, sobre todo, protegemos vidas. En este contexto, la salud y la seguridad laboral no pueden quedarse atrás. Muy al contrario: deben liderar este cambio.
Reducir lesiones, mejorar el bienestar y optimizar procesos:
Las nuevas tecnologías ya están dejando huella en la prevención de riesgos laborales: desde herramientas inteligentes capaces de anticipar peligros, hasta sistemas de supervisión basados en sensores, realidad aumentada o algoritmos que gestionan tareas y recursos humanos con eficiencia nunca antes vista. Estos avances tienen el potencial de salvar vidas, reducir lesiones, mejorar el bienestar y optimizar procesos. Pero también nos obligan a actuar con responsabilidad.
La transformación digital del mundo laboral ha traído consigo nuevas modalidades de trabajo, como el teletrabajo o las plataformas digitales −con aplicación incluso en la coordinación de actividades empresariales−, que exigen un enfoque renovado de la prevención.
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