A menudo, las pequeñas y medianas empresas suelen descuidar la protección de su información confiando en que los ciberataques irán dirigidos a organizaciones más grandes.
Es usual llegar a pensar que los datos empresariales no son de interés para los ciberdelincuentes, pero la realidad es muy diferente.
Aunque la información de las grandes empresas puede ser un botín suculento, los sistemas de seguridad que estas poseen son, por lo general, bastante robustos, y atacarlos o acceder a los datos es una tarea difícil para los ciberdelincuentes.
Por eso, muchos de ellos fijan su objetivo en pequeñas y medianas empresas, cuyas fronteras son más fáciles de vulnerar y que, sin saberlo, almacenan información muy valiosa.
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