La vuelta al trabajo es una fecha señalada en color rojo en los calendarios de todos los trabajadores, pero este año se ha hecho más difícil por la vuelta a la presencialidad tras un año y medio de teletrabajo.
El primer paso es planificar la vuelta a la oficina. Volver a casa unos días antes para poder comenzar la rutina diaria y generar un periodo de adaptación para que el cuerpo y la mente se habitúen a la nueva situación.
Una buena opción es comenzar el trabajo al final de la semana -un jueves o un viernes-, de esta forma podremos organizarnos mejor y el fin de semana cercano actuará como colchón para ese regreso. Incluso antes de la partida hacia las vacaciones podemos comenzar a gestionar nuestro regreso.
Planificar el regreso al trabajo, identificar fuentes de liberación de estrés y mostrar una actitud positiva son algunas claves para evitar el estrés postvacacional.
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